No sé si a alguien le interesará esta entrada, pero la escribo igualmente, puede que en un futuro me ayude en mi caótica existencia. Nada, exagero, para variar xD.
Hace ya 19 días (número primo, con lo que me gustan :D) que acabó mi experiencia como au pair en Alemania. Tenía pensado escribir una entrada haciendo balance de lo vivido, lo ganado y lo perdido (aunque en este última categoría no sabría que meter), pero creo que en las entradas redactadas desde Rosenheim queda claro que solo puedo dar un 10 a esta etapa de mi vida, por corta que fuera. La familia increíble, la ciudad también, con el idioma me las apañé, apenas me relacioné con gente de fuera de la familia pero lo cierto es que no me sentí sola en ningún momento, he aprendido a ser paciente cuando a los niños les poseía el demonio, he sido capaz de hacer cosas por mí misma (cosas de las que no me creía capaz como hacer gestiones en el banco en alemán o irme a Viena sola cuatro días)... Y es que es cierto lo que se dice por ahí, por muy tópico que suene: ser au pair (o léase vivir en el extranjero una temporada) te hace ser más independiente y saca lo mejor que puedes dar al no poder recurrir a la ayuda de tus padres/amigos.